La escuela de nuestros hijos

En cuestión de diez o veinte años vamos a asistir a un cambio trascendental, brutal, el mayor cambio jamás habido en los sistemas educativos desde que estos fueron implantados y universalizados a finales del siglo IXX y principios del XX. ¿Por qué creo esto?. No, no lo creo. Estoy seguro.

En primer lugar porque sobre esas fechas empezará a hacerse evidente la llegada de los llamados nativos digitales como profesores de clases, algunos incluso directores. Esos mismos nativos digitales ocuparan puestos de responsabilidad en empresas, instituciones y gobiernos. Una cosa esta clara, a un nativo digital no le digas que escriba en una pizarra con una tiza…, no le digas que el material de enseñanza esta en un libro…, no le digas que un video no tiene valor para un trabajo…

En segundo lugar porque está demostrado que las clases que se desarrollan en una dinámica participativa entre alumnos y profesores obtienen índices de éxito y satisfacción mucho más elevados que aquellas clases que se basan en una simple transmisión unidireccional de conocimiento. Las nuevas tecnologías, donde todo el mundo es lector y editor facilitan y promueven este tipo de dinámicas participativas.

En tercer lugar, porque ya se están dando los primeros casos de acción (y reacción) de profesores que empiezan a utilizar estas tecnologías, no siendo todavía comprendidas por los estamentos directivos. Tiempo al tiempo.

En cuarto lugar, porque incluso estamentos y personas tan poco tecnólogos como el presidente del gobierno de España (reconoce que no utiliza bien los ordenadores :-/) entiende que por ahí debe ir la enseñanza del futuro…, aunque no tenga ni idea de cómo aplicarla…

En fin, que el tiempo va pasando, y Olai, que ayer era un niño bebé, ahora se le va acercando el momento en el que, superada ya la guardería, debemos apuntarlo a una escuela. ¿Qué escuela?

Quiero la escuela del siglo XXI. No quiero la escuela de finales de IXX y principios del XX. Ahora aún es pequeño, pero con el tiempo quiero una escuela que vaya tomando gradualmente las siguientes características:

  • El profesor: Debe ser el centro de coordinación, la persona encargada de implicar, orientar y guiar a los alumnos por las diferentes sendas del conocimiento, y  encargado de captar el interés por las diferentes materias que pueda tratar. En ciclos superiores no debe querer ser la persona que más sabe de una determinada materia, asumiendo que lo importante no es aquello que sabes, si no aquello que eres capaz de encontrar y comprender con facilidad.
Debe ser una persona experta en las nuevas tecnologías de la enseñanza. No solo no debe tener miedo a Internet, si no que ha de usarlo a diario y promoverlo como elemento central de enseñanza. Ha de estar permanentemente formándose tanto en las materias que trata, como en las tecnologías del aula, y en el trabajo con grupos de niños/chavales/adolescentes. Quiero un profesor de vocación, no un funcionario que solo cumple sus horas y que gestiona niños…
  • Las clases: No deben ser  para sentarse a tomar apuntes y escuchar por una oreja lo que sale por la otra. Las clases deben ser verdaderos espacios de interrelación entre alumnos y profesores, espacios de debate real, donde se promueva la reflexión y la crítica constructiva sobre todas las materias. Este debate ha de poder  traspasar las paredes del aula, extendiendo el debate al mundo virtual.
Deben estar muy bien dotadas tecnológicamente, y todos los alumnos, junto al profesor, deben estar conectados en red. Estoy convencido, ese es mi caso, que lo que mejor se aprende no se aprende con sufrimiento. Lo que mejor se aprende es aquello que interesa, que se hace interesante, y que entra de forma casi natural.
  • Los trabajos: No deban hacerse solo pasando hojas de libros, si no que estos trabajos han de poder realizarse online; textos copiados y pegados, otros de propia invención, links, imágenes, video, recortes de chats…. todo ha de integrar un trabajo a evaluar. La evaluación se realizará tratando de ver, mediante entrevista con el alumno o grupo de alumnos, que el trabajo realizado es comprendido por aquellos que lo han llevado a cabo, así como el grado de comprensión de otros trabajos por otros alumnos, propiciando una red de debate interesante sobre el global de trabajaos realizados.
  • Los exámenes: No debe buscarse puntuar tanto el conocimiento acumulado (empollado) como la capacidad de encontrar, entender, trabajar y sintetizar la información. Los exámenes más difíciles que he hecho en mi vida eran exámenes en los que el profesor nos dejaba tener y usar absolutamente todos los libros y apuntes en clase, además de calculadoras científicas, etc… “No confío en la memoria”, decía. Cuánta razón. Ese examen, con esfuerzo, lo aprobé yo solito. Para casi todos los demás exámenes de mi vida, sin esfuerzo, aprobé con chuleta. Aquí estoy.
  • La asistencia en clase: Ha de ser importante la asistencia presencial en la clase, pero ni mucho menos imprescindible. Un alumno resfriado, que este de baja y no le inhabilite para “estudiar”, o que por algún problema puntual no pueda asistir a la escuela, ha de poder seguir las clases desde casa. Las capacidades tecnológicas de las futuras aulas han de permitir diferenciar entre asistencia y presencia. Conforme las clases sean de alumnos con más edad a de ser menos imprescindible su asistencia presencial en clase.
  • Los contenidos de estudio: No deben ser jamás de pago. Han de ser libres y gratuitos. Están o deben estar en la red. La misión de instituciones, centros educativos y profesores es facilitar el acceso a estos contenidos, creando buenos índices, orientando hacia ellos, pero ya está bien de cargar a los alumnos con libros y libros sobre la espalda que hay que renovar cada año o dos años. Industrias editoriales, esto se acaba!. La historia es historia, y cambia muy poco. Las matemáticas básicas no evolucionan desde hace muchas décadas. La lengua es la misma (o casi desde cervantes), y el inglés desde Shakespeare. ¿Por qué reescribís los libros cada año?. Si, ya se, ya se…, es un gran negocio. Se acabo!. Hay mucha más y mejor información en la red, solo hay que saber ordenarla. Y si no está, no os preocupéis, entre todos la iremos poniendo, profesores y alumnos primero.
  • Los libros: Se acabo el papel. Se acabo matar arboles. Los contenidos están en la red, el uso de ordenadores y de pizarras virtuales debe acabar con los libros de escuela. Propongo el uso de un eBook individual para cada alumno, y cuando exista de una libreta virtual. Con formatos abiertos para los contenidos, cualquier material de la red o generado en clase por profesor o alumnos debe poder llevarse encima en alguno de estos dispositivos. Con ellos se puede seguir trabajando o estudiando en el tren o en casa, donde además ya todo el mundo tendrá también ordenadores.

La visión de la escuela que tengo no es ciencia ficción. Se basa en tecnologías que o bien ya existen (internet, redes, ordenadores virtuales, proyectores, tablet PC, eBook), o en otras en las que se está trabajando (libreta digital). Se basa en entender que en pleno siglo XXI la enseñanza ya no debe ser unidireccional (clase aburrida con el profesor soltando rollos a los alumnos), sino que debe ser multidireccional entre todos los alumnos y profesores. Se basa en entender que lo importante es implicar activamente al alumno, y que el uso de Intenet, Blogs, Foros, Wikipedia, Youtube, Redes sociales, etc…, son herramientas gratuitas que bien llevadas, y junto a otras que habrá que desarrollar, facilitan enormemente las posibilidades y capacidades de los que las usan, promoviendo la lectura, la expresión escrita, la búsqueda de información, y la creación por parte de los alumnos de una forma natural e interesante.

¿Y todo esto es muy caro?. Creo que no hay mejor inversión para un país que aquella destinada a educación de calidad. Aún así… supongo que el hardware podría costar entorno a los 1000 euros por alumno, pero el software (Sistema Operativo y aplicaciones de eLearning potentes), y los contenidos (Wikis, Blogs, Internet  en general) deben ser libres y gratis para siempre. ¿Cuánto se gasta año tras año una familia en libros de pago?. Al fin y al cabo el ordenador para cada dos alumnos no tiene porque estropearse (debería ser inaccesible), y lo que se puede estropear con facilidad son teclados y ratones cuyo coste es irrelevante.

Mi hijo todavía es pequeño. Pero yo quiero que cuando tenga diez años vaya a una escuela cuya actividad docente este orientada en este sentido, y para ello es necesario empezar hoy.

¿Qué que pienso de la medida del gobierno español de dotar a cada alumno con un ordenador?. ¿Dónde está el plan de futuro?. Ah, no lo hay… Pues una improvisación, como siempre.

Links:
  • Nativos digitales, o chavales que desde que tienen uso de razón utilizan elementos tecnológicos en su comunicación diaria.
  • Contenidos libres, o contenidos generados por la sociedad civil (personas, empresas, instituciones, organismos) no sujetos a derechos de autor, y libres para ser utilizados, modificados y versionados volviéndolos a poner a disposición de la sociedad.
  • ePaper, o papel electrónico.
  • eBook, o libro electrónico.
  • Tablet PC.
  • Libreta electrónica de Microsoft.
  • Mesa electrónica de Microsoft.
  • eLearning, o enseñanza a través de medios electrónicos. Muy desprestigiada y con razón (creo yo) debido al uso mal llevado y cutre, y al software de muy pobre calidad, que muchos centros hacen de estas tecnologías.

El hilo del saber


De pequeño siempre me aburría en clase. Recuerdo unas clases largas, pesadas, casi interminables. El profesor soltando rollos que caían como losas, algunos alumnos atendiendo, otros haciendo como que atendían y otros, entre los que me encontraba, ni siquiera queriendo disimular un aburrimiento extremo, y buscando otras formas de pasar el tiempo: realizar marcas en los pupitres, hablar bajito con el compañero, o tirarnos pelotas de papel entre las columnas de mesas de la clase.

Un día, allá por 7º de la extinta EGB, un profesor de los interesantes nos presento lo que para mí fue uno de los primeros contactos con un ordenador. Un Dragon de la época. Poco tiempo antes o después mi primo se había comparado un fabuloso ZX Spectrum de 16KB. Tras mucha insistencia y vencer la resistencia inicial de mis padres, conseguí que a finales de 7º me comprarán un ZX Spectrum de 48KB, gran error habría sido no haber hecho esa pequeña inversión. Gracias papas! ;-).

Esas cosas revolucionaron mi adormilada mente infantil, dándole por fin un sentido, un objetivo, algo por lo que valía la pena aprender. De aquel lejano ayer hasta el día de hoy hay una línea que me conduce en el tiempo, de ordenador a ordenador, y de interés por la informática y los ámbitos o áreas colindantes que de esta se derivan. En la medida en la que la informática lo ha ido ocupando todo, ha ido entonces creciendo mi interés también por todo. Así en las matemáticas, lengua, inglés, o ciencia en general he ido encontrado sinergias o puntos de unión que han hecho que en un momento u otro me haya interesado por estos temas. Cuando se ha dado este caso siempre he lamentado no haber atendido más esas materias en EGB, lo que me habría facilitado entender más y profundizar mejor en determinadas especialidades informáticas (matemáticas: Inteligencia Artificial; lengua: correctores ortográficos, traductores, etc…; ingles: toda la documentación universal ).

Desde entonces siempre me ha parecido curioso como una única cosa que en su día me interesó ha sido el hilo conductor para interesarme con el tiempo por todo lo demás. No creo que sea un caso único. Creo que debe ser más bien universal.

No digo que a todo el mundo deba gustarle la informática, por supuesto. Pero estoy seguro de que a todos los niños de entre diez y doce años hay algo que les gusta, es más, algo que les entusiasma y por lo que estarían dispuestos a dedicar tiempo y esfuerzos a aprender. Puede que ni ellos mismos sepan que es ese “algo” (yo no lo sabía hasta que lo vi), pero estoy seguro que lo hay. El drama, el gran fracaso de la educación mundial, consiste en no saber en contar ese “algo” para cada caso individual. Si los sistemas educativos dedicaran más esfuerzos a esa búsqueda, y menos a aburrir al personal, habría muchos más niños que encontrarían aquello que para ellos es interesante, su hilo conductor e imán de atracción de todas las áreas del saber.